Claude M. Steiner (Los guiones que vivimos)

La mujer de plástico

El transcurso de la vida: Con el fin de conseguir caricias, se cubre de plástico: bisutería llamativa, tacones altos, vestido de color rojo, perfumes seductores y un maquillaje espectacular. Intenta comprar belleza y estar O.K. pero no lo consigue. Siempre se siente inferior al <<prototipo de mujer bella>>, que idolatra a través de las revistas y las películas. Recibe aglunas caricias (mayormente de los dependientes de los almacenes) por se coqueta y buena cliente, actividades a las que dedica gran parte de su tiempo libre. Se siente segura en su rol de consumidora y, como tal, considera que tiene poder de decisión al poder comprar las cosas que desea. Por otra parte piensa que, salvo en los almacenes, no tiene poder sobre su vida, y por esta razón escoge el rol de Victima en el juego de Salvación. Estructura la mayor parte de su tiempo comprando, maquillándose, probándose vestidos en casa o leyendo revistas de cine y de moda. Tiene la prueba de que este guión es válido cuando la gente la ignora, a menos que no se disfrace de << muñeca Barbie>>. Como no obtiene de la vida lo que realmente desea (lo que quiere no se puede comprar), es posible que como reacción se convierta en cleptómana y, si ha peleado con su marido, le aseste un golpe mortal gastando grandes sumas con la tarjeta de crédito, o gaste el dinero para comprar las caricias de un psicoanalista.
Cuando ya no es posible comprar más belleza superficial o hacer que perdure, acaba deprimiéndose; las caricias que se da a sí misma u obtiene de los demás no tienen ningún valor. Probablemente tratará de llenar el vació con alcohol, tranquilizantes u otros productos químicos. A medida que va envejeciendo, llena su vida con trivialidades y su casa de chucherías.

El contraguión: Tan pronto termina el régimen de adelgazamiento, se compra vestidos nuevos, se acicala, se siente bien y es admirada por los demás en una fiesta o en un bar, este guión tiene todos los visos de hacerla feliz. Cuando está eufórica tras tomar unas copas en el almuerzo, también se siente bien en casa o en el trabajo, pero esta euforia dura poco y vuelve a sentirse vacía e insatisfecha.

1 comentario:

Camilo Uribe dijo...

Esta parte de los guiones banales me parece increíblemente cruel, pero supongo que es dificil no parecerlo cuando uno se mete en las profundidades de una persona.

Por otro lado si quieres hacerle daño emocional a alguien, no es mas que decirle en que se parece a alguno de estos guiones.

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