Juli Zeh (El Métoto)

Cuál es la pregunta
Le retiro la confianza a una sociedad que está compuesta por personas y que, no obstante, se fundamenta en el miedo a lo humano. Le retiro la confianza a una civilización que ha traicionado al espíritu que habita en el cuerpo. Le retiro la confianza a un cuerpo que no soy yo en carne y hueso, sino la visión colectiva de lo que es un cuerpo normal. Le retiro la confianza a una normalidad que se define a sí misma como salud. Le retiro la confianza a una salud que se define a sí misma como normalidad. Le retiro la confianza a un sistema de gobierno que se sustenta en círculos viciosos. Le retiro la confianza a una seguridad que pretender ser la última respuesta posible sin desvelar cuál es la pregunta. Le retiro la confianza a una filosofía que estima que el análisis de problemas existenciales ya está concluido. Le retiro la confianza a una moral que es demasiado perezosa para ocuparse de la paradoja del bien y del mal, y prefiere atenerse a un <<funcionar>> o no <<funcionar>>. Le retiro la confianza a un sistema legal que debe su éxito a un control total de los ciudadanos. Le retiro la confianza a un pueblo que cree que una radioscopia total perjudica solo a quien tiene algo que ocultar. Le retiro la confianza a un MÉTODO que prefiere creer al ADN de una persona antes que a sus palabras. Le retiro la confianza al bien general, porque considera la individualidad como un factor financiero incosteable. Le retiro la confianza al bien particular en tanto que no es más que una variación del mínimo común denominador. Le retiro la confianza a una política que basa su popularidad únicamente en la promesa de una vida libre de peligros. Le retiro la confianza a un amor que se tiene por el producto de un proceso de optimación inmunitaria. Le retiro la confianza a los padres que llaman <<peligro de caídas>> a una casa en un árbol y <<riesgo de contagio>> a un animal doméstico. Le retiro la confianza a un Estado que sabe mejor que yo misma lo es que bueno para mí. Le retiro la confianza al idiota que ha desmontado ese cartel que estaba a la entrada de nuestro mundo y que decía: <<¡Cuidado! La vida puede conducir a la muerte>>.
Me retiro la confianza a mí misma, porque mi hermano tuvo que morir para que yo comprendiera qué significa estar vivo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

gracias por descubrirme a esta autora graciela

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