La manipulación de la composición del genoma humano, progresivamente descifrado, y la expectativa de algunos investigadores de poder dominar muy pronto la evolución, sacuden en cualquier caso la distinción categorial entre subjetivo y objetivo, y entre natural y hecho en unas regiones que hasta ahora escapaban a nuestra disposición. Se trata de la desdiferenciación de distinciones categoriales profundas enraizadas que hasta ahora suponíamos invariantes de nuestras autodescripciones. Tal proceso podría cambiar nuestra autocompresión ética de la especie humana hasta tal punto que la consciencia moral quedara también afectada (es decir, las condiciones de lo espontáneamente natural, que constituye lo único en lo que podemos entendernos como autores de la propia vida y miembros en pie de igualdad de la comunidad moral). Presumo que el conocimiento de la programación del propio genoma podrá alterar la obviedad con que existimos como cuerpo (Leib) o, en cierto modo, con que <<somos>> nuestro cuerpo (Leib) y que con ello también surgirá un nuevo tipo de relaciones peculiarmente asimétricas entre las personas.
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