Tal es la naturaleza de ese sentimiento que con propiedad se denomina remordimientos; de todos los sentimientos que puede abrigar el corazón humano, es el más temible. Esta formado por la vergüenza y por el sentido de la impropiedad del comportamiento pasado, por la aflicción ante sus consecuencias, por la compasión hacía los que las han sufrido y por el pavor y el terror ante la pena, a partir de la conciencia del encono justamente provocado en todas las criaturas racionales.
La conducta opuesta inspira naturalmente el sentimiento opuesto. La persona que no por caprichos frívolos sino por móviles correctos ha realizado una acción generosa, cuando piensa en quienes ha servido se siente el objetivo natural de su aprecio y gratitud y, por simpatía, hacia ellos, de la estima y aprobación de toda la humanidad.
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