Umberto Eco y Carlo Maria Martini (¿En qué creen los que no creen?) Un diálogo sobre la ética en el fin del milenio.

¿Cuando empieza la vida humana?
Querido Carlo Maria Martini:
De acuerdo con la propuesta de esta revista se nos vuelve a presentar la ocasión para nuestro coloquio trimestral, La finalidad de este intercambio espitolar es establecer un terreno de discursión común entre laicos y católicos (donde usted, se lo recuerdo, habla como hombre de cultura y creyente, y no en calidad de príncipe de la Iglesia). Me pregunto, sin embargo, si de lo que se trata es de hallar únicamente puntos de consenso. ¿Vale la pena que nos preguntemos recíprocamente qué pensamos sobre la pena de muerte o sobre el genocidio, para descubrir que, en lo que se refiere a ciertos valores, nuestro, acuerdo es profundo? Si ha de haber diálogo, deberá tener lugar también en las zonas en las que el consenso no exista. Pero esto tampoco basta: que, por ejemplo, un laico no crea en la Presencia real y un católico obviamente sí, no constituye causa de incomprensión, sino de mutuo respecto hacia las respectivas creencias. El punto crítico se encuentra allí donde del disenso puedan surgir choques e incomprensiones más profundos, que se traduzcan en un plano político y social [...]
Umberto Eco, junio de 1995

La vida humana participa de la vida de Dios
Querido Umberto Eco:
Con toda razón recuerda usted, al principio de su carta, el objeto de este coloquio epistolar. Se trata de establecer un terreno de discursión común entre laicos y católicos, afrontando también aquellos puntos en los que no hay consenso. Sobre todo, aquellos puntos que se traducen en conflictos en un plano político y social. Estoy de acuerdo, siempre que se tenga la valentía de desenmascarar antes que nada los malentendidos que están en las raíces de la incomprensión. Resultará entonces mucho más fácil medirse con las verdaderas diferencias. Y ello con tanta más pasión y sinceridad, cuanto más afectado e implicado resulte uno por el tema en cuestión, dispuesto a <<pagar en persona>>. Por ello aprecio mucho su primera aclaración sobre el tema de la Vida: el nacimiento de un niño es <<algo maravilloso, un milagro natural que hay que aceptar>> [...]
Carlo Maria Martini, junio de 1995

Umberto Eco (Construir al enemigo)

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