El catálogo de quejas contra el parlamento, aunque varía de un sistema parlamentario de Europa occidental a otro, ha crecido constantemente. Hoy en día el parlamento tiende a ser visto cada vez más como el sello estampado sobre decisiones que se toman en otra parte. Este punto de vista sigue a menudo a quejas sobre la pompa caballeresca del parlamento, debates ritualizados y preocupación por detalles triviales. También hay signos, muy evidentes en los movimientos sociales, de una convicción creciente de que la democracia no es únicamente un asunto del parlamento, y que son preferibles los compromisos a nivel local e iniciativas sociales [...] Nunca ha existido un régimen político que simultáneamente fomente las libertades democráticas civiles y aboliese el parlamento. Ni tampoco ha existido nunca un régimen político que mantuviese un parlamento democrático y simultáneamente aboliese las libertades civiles. Y, hasta ahora, nunca ha existido un régimen político donde la sociedad civil poscapitalista combinase profundas libertades políticas y un parlamento activo y vigilante. Construir exactamente este tipo de régimen podrá considerarse uno de los desafíos históricos que hacen frente a la tradición socialista contemporánea.
No hay comentarios:
Publicar un comentario