Alesssandro Baricco (Los bárbaros) Ensayo sobre la mutación

MÚSICA CLÁSICA

No hay nada como la música clásica para comprender qué es lo que tenían en la cabeza los románticos. Pero ¿cómo se las apañan en los colegios para poder explicarlo todo sin dedicar ni una hora siquiera a Beethoven o Schumann, o Wagner?
Podemos empezar con una pregunta sólo idiota en apariencia: ¿existía la música clásica antes de que inventaran la idea de música clásica? Sí. Naturalmente. No se llamaba así, no tenía nada que ver con el Romanticismo, no la pagaban los burgueses, la escuchaba poquísima gente, pero existía. Una forma elitista de entretenimiento, con maneras más bien sobrias e intelectuales. A menudo solía ir unida al placer de la danza, otras veces iba unida a los textos poéticos. Existía, como es natural, una vertiente religiosa: música litúrgica, o composiciones dirigidas a la edificación moral del creyente: en síntesis, el habitual, el sólido trabajo publicitario pagado por la Iglesia para promocionar su producto (a saber cuánto tiempo tardaremos todavía en admitir que tenemos una deuda contraída, el mejor arte occidental, con esa genial intuición de una secta religiosa que inventó la publicidad e invirtió en ello irracionales cantidades de dinero.


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