Los grandes retos ecológicos de los políticos, las empresas y la ciudadanía
En consecuencia nuestra conclusión no puede ser otra que el consumismo es una economía de engaño, que ensalza la rapidez a la hora de consumir, el derroche, el exceso y el despilfarro. Estos excesos no hacen si no aumentar la incertidumbre y por lo tanto nunca acaba satisfaciendo al ciudadano. La vida del consumista es una imparable sucesión de experimentación, ensayos y errores que nunca alcanza el territorio de la satisfacción. Por estos motivos su inmediata consecuencia es el deterioro ambiental y los grandes costes sociales y por tanto es éticamente inaceptable. El futuro sostenible requiere el abandono del consumismo y el desarrollo de nuevos valores en los que basar el bienestar. No podemos basar la felicidad y en bienestar en el consumismo.
* José Vives Rego (¿Suicidio político o suicidio ecológico?)
* José Vives Rego (¿Suicidio político o suicidio ecológico?)
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