Slavoj Žižek (¡Bienvenidos a tiempos interesantes!)

Tal vez la más sucinta caracterización de la época que comienza con la Primera Guerra Mundial es la bien conocida frase atribuida a Gramsci: <<El viejo mundo se muere. El nuevo tarda en aparecer. Y en ese claroscuro surgen los monstruos>>. ¿No son el fascismo y el estalinismo los monstruos gemelos del siglo XX, uno emergente del desesperado intento del mundo por sobrevivir, y el otro del mal concebido esfuerzo de construir uno nuevo? ¿ Y qué de los monstruos que estamos engendrando ahora mismo, impulsados por los sueños tecgnósticos de una sociedad con una población controlada biogenéticamente? Todas las consecuencias deberían ser deducidas de esta paradoja: tal vez no haya un pasaje directo a lo nuevo, al menos no en la forma en que lo imaginamos, y los monstruos surgen necesariamente de cualquier intento de forzar el pasaje a lo Nuevo. Nuestra situación es por eso totalmente opuesta a la clásica: sabíamos lo que teníamos y queríamos hacer (establecer la dictadura del proletariado, etcétera), pero debíamos esperar pacientemente el momento propicio de la oportunidad; hoy, en cambio, no sabemos qué hacer, pero debemos actuar ahora, porque la consecuencia de nuestro no-actuar podría ser catastrófica. En palabras de John Gray: <<Estamos obligados a vivir como si fuéramos libres>>. (Gray 2007:110). Tendremos que arriesgarnos a dar pasos hacia el abismo de lo Nuevo en situaciones totalmente inapropiadas, tendremos que reinventar aspectos de lo Nuevo solo para mantener la maquinaria funcionando y preservar lo que era bueno en lo Viejo (educación, seguro médico...). En breve, de nuestro tiempo se puede decir lo que nada menos que Stalin dijo sobre la bomba atómica: no es apto para cardiacos.

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Cuando un régimen autoritario se acerca a su crisis final, su disolución sigue, como regla, dos pasos. Antes de su verdadero colapso, una ruptura misteriosa tiene lugar: de repente la gente sabe que el juego ha terminado, ya no tiene miedo. No es solamente que el régimen pierda su legitimidad, sino que además su ejercicio del poder es percibido como una reacción impotente de pánico. Todos conocemos la clásica escena de dibujos animados: el gato llega al precipicio, pero sigue caminando, ignorando de que ya no hay suelo bajo sus pies; sólo empieza a caer cuando mira para abajo y nota el abismo. Cuando pierde su autoridad, el régimen es como un gato sobre el precipicio: para que caiga, solo se le tiene que recordar que mire hacia abajo...

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La ciencia y la tecnología de hoy ya no buscan tan sólo entender y reproducir los procesos naturales, sino además generar nuevas formas de vida que nos sorprendan; la meta ya no es dominar la naturaleza (tal como es), sino generar algo nuevo, mayor, más fuerte que la naturaleza corriente, incluidos nosotros mismos: todos esos monstruos creados artificialmente, esas vacas y árboles deformes, o -un suelo más positivo- esos organismos manipulados genéticamente, <<mejorados>> en la dirección que nos convenga. ¿Podemos siquiera imaginarnos lo que podrían ser los resultados imprevistos de los experimentos nanotecnológicos: nuevas formas de vida que se reproducen sin control, como el cáncer?
Esta tendencia alcanza su apogeo en los intentos de crear nueva vida artificial. Hasta ahora, los genetistas estaban limitados a manipular y modificar lo que la naturaleza ya había producido: tomar el gen de un organismo e introducirlo en el cromosoma de otro. De lo que estamos hablando ahora es de producir vida que sea totalmente nueva: el genoma mismo del organismo será construido artificialmente. Primero, las piezas o componentes biológicos esenciales deben ser fabricados; luego, deben ser combinados en un nuevo organismo sintético autorreplicante. Los científicos llaman a esta nueva forma de vida <<Vida 2.0>>: lo que es tan perturbador al respecto es que la vida <<natural>> misma se convierte por ello en <<Vida 1.0>>, es decir, pierde retroactivamente su carácter espontáneo-natural y se convierte en un paso, una etapa en la serie de proyectos sintéticos. Esto es lo que <<el fin de la naturaleza>> quiere decir: la vida sintética no solamente complementa la vida natural, sino que convierte la vida natural misma en una especie de (confusa, imperfecta) vida sintética.

* Slavoj Žižek (Primero como tragedia, y después como farsa)
Slavoj Žižek (Sobre la violencia) Seis reflexiones marginales
Slavoj Žižek (La nueva lucha de clases) Los refugiados y el terror

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