Daniel Bell (Las contradicciones culturales del capitalismo)

La economía es el arte de asignar recursos escasos a demandas rivales. La fantasía del marxismo fue la idea de que en el comunismo se "aboliría" la economía; esta era la razón por la cual no era necesario pensar en cuestiones como los privilegios relativos y la justicia social. Pero el quid es que todavía debemos pensar en términos de economía, y probablemente siempre habrá que hacerlo. La cuestión, pues, es si podemos llegar a un conjunto de reglas normativas que traten de proteger la libertad, compensar las realizaciones y fortalecer el bien social, dentro de las limitaciones de la "economía".
En estos ensayos propongo la idea de un hogar público; no de un tercer sector junto al hogar doméstico y la economía de mercado, sino una esfera que abarque a ambos y trate de utilizar los mecanismos del mercado allí donde es posible, pero dentro del marco explícito de objetivos sociales. Es una concepción liberal, por la creencia de que el individuo debe ser la unidad primaria de la sociedad civil y de que el logro individual debe tener una justa recompensa. Pero lo que intento hacer es separar el liberalismo político de la sociedad burguesa. Históricamente, estuvieron asociados, en su origen, pero uno no dependen del otro. De hecho, el liberalismo político es una filosofía que ha sufrido haber sido usada para justificar las pretensiones irrestrictas de los apetitos económicos privados. El problema del hogar público es cómo juzgar las pretensiones de un grupo frente a otro, cuando ambos tienen razón; sopesar las pretensiones de las personas como miembros de grupos, frente a los derechos individuales; equilibrar la libertad y la igualdad, la equidad y la eficacia. El punto de partida, creo, debe ser el reconocimiento del carácter público de los recuros y necesidades (no los deseos), y el principio de las diferencias relevantes para decidir sobre la justicia de pretensiones diversas. Estas son las intenciones del ensayo, principal de la sección sobre el orden político.

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Fuentes de inestabilidad

La cuestión fundamental para todo sistema político -y este es el triunfo de Marx Weber sobre Marx en el pensamiento comtemporáneo- es la legitimidad del sistema. Como ha escrito S.M. Lipset:

     La legitimidad supone la capacidad del sistema para engendrar y mantener la creencia de que las instituciones políticas son las más apropiadas para la sociedad. El grado en que los sitsemas políticos democráticos contemporáneos sean legítimos dependerá en gran medida de las maneras en que hayan sido resueltos los problemas funtamentales que han dividido históricamente la sociedad.
     Mientras que la efectividad es primariamente instrumental, la legitimidad es evaluativa. Los grupos consideran un sistema político legítimo según el modo en que sus valores se ajusta a los suyos.


Si examinamos la sociedad política occidental en el siglo XX, podemos identificar al menos siete factores que, en variadas combinaciones, han provocado la inestabilidad social y la consiguiente pérdida de legitimidad del sistema político.

1) La existencia de un problema "insoluble". El problema de la desocupación del decenio de 1930 fue contemplado por la mayoría de las sociedades como insoluble. Evientemente, pocos de los regímenes democráticos burgueses sabían qué hacer para combatir la crisis económica. Toda la sociedad occidental estaba sumergida en la crisis por entonces. Solo la aceptación de políticas económicas heterodoxas permitieron a estas economías recuperarse. La crisis, obviamente, fue una de las fuerzas que llevaron al fascismo en el decenio de 1930.

2) La existencia de un estancamiento parlamentario. En Italia, Portugal y España, en las décadas de 1920 a 1930, la persistencia de un estancamiento parlamentario, creado por la polarización de fuerzas en la sociedad, impidió todo gobierno efectivo y contribuyó a crear una sensación de desesperanza en el pueblo que cristalizó en la acción de masas, el dictador o el golpe militar.

3) El crecimiento de la violencia privada. En Alemania y en otros países, la creación de "ejercitos" privados y el aumento de la violencia desatada en las calles, no controlada por el gobierno, llevó a la quiebra de la autoridad.

4) La disparidad de sectores. La rápida industralización en algunas zonas y el retraso agrícola en gran escala en otras han llevado a una continua inestabilidad.

5) Los conflictos multirraciales o multitribales. Fuentes obvias de inestabilidad han sido los conflictos en la India entre hindúes y musulmanes antes de la partición, y posteriormente entre diferentes grupos lingüísticos; en Nigeria, entre las regiones que representan a diferentes tribus; en Bélgica, entre flamencos y valones; en Canadá, entre ingleses y franceses, etc.

6) La alienación de la intelectualidad.  Las élites culturales son portadoras de los símbolos integradores de la sociedad, y el desencanto de esos grupos ha sido característica de casi toda situación revolucionaria. La derrota de Batista fue en gran medida el resultado de la oposición al régimen de las clases medias de la sociedad cubana.

7) La humillación de la guerra. La derora aplastante a menudo provoca el derrumbe de un sistema político, como ocurrió en la Alemania imperial y la Rusia zarista, pero una derrota parcial (o que se siente humillante) puede ser igualmente desintegradora. La derrota de Rusia por Japón en 1905, que fue el primer caso de una potencia occidental derrotada por una nación oriental desde las invasiones de Gengis Kan y Tamerlán, significó una gran humillación psicológica para el país. En América latina, la primera revolución desde que los mexicanos derrocaran al anciano dictador Porfirio Díaz (en 1910) se produjo solo en 1952, con la revolución nacional boliviana, a pesar del surgimiento anterior de movimientos socialistas, comunistas, populistas e indigenistas, entre las dos guerras mundiales y durante la crisis.  Sobrevino después de la derrota del país en la Guerra del Chaco, derrota que sacudió las expectaciones y los valores corrientes de la sociedad y llevó a la masa de jóvenes blancos de clase media, y cholos a rechazar completamente la política y los partidos tradicionales.

Esta lista no es exhaustiva, pero resume la principal experiencia política del siglo. Dentro de este marco, ¿qué podemos decir de los Estados Unidos y, más especificamente, de los factores que podemos identificar como fuentes de inestabilidad y tensiones: la guerra de Vietnam, la alienación de la juventud, el rencor de los negros y la multiplicidad de problemas sociales que se derivan de los cambios estructurales de la sociedad? ¿Cuáles de estos son "solubles", y en qué condiciones? Cuáles encierran un potencial para engendrar futuras tensiones?

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